ARREPENTIMIENTO NO ES REMORDIMIENTO

Hnos. Aníbal Avendaño
Enrique Brizuela
Revista "El Mensajero de la Gracia de Dios"
Febrero 2007










"Y recordó Pedro las palabras que Jesús le habia dicho: "Antes del canto del gallo me negarás tres veces", y saliendo afuera lloró amargamente." [Mateo 26:75] (agregado por el editor de esta página)




A través de la palabra de Dios entregada por el profeta Natan, el Rey David reconoció que su condición espiritual había sido afectada por el pecado. Quizás la conciencia y la intuición de David le señalaba el mal que había hecho, pero sólo hasta que llego la palabra revelada de Dios, él experimentó un verdadero arrepentimiento para cambiar de aptitud. 


El arrepentimiento verdadero es la decisión de un cambio de aptitud que se toma luego de haber recibido la palabra. Un ejemplo de falta de arrepentimiento es el de Judas, discípulo de Jesús; su conciencia y su intuición le decían que había hecho mal al entregar a Jesús, pero no tuvo un arrepentimiento, sino que experimentó el remordimiento (intranquilidad), desesperación por lo que había hecho. Pero no se arrepintió. [El remordimiento es el sentimiento que suele generarse cuando alguien procura justificar su mala acción, mientras que su conciencia le advierte sobre el daño que ha ocasionado. (editor)]. 


[En cambio, el arrepentimiento ocurre cuando alguien reconoce delante de Dios que ha cometido una falta y decide enmendarlo, con la ayuda de Dios y a través de la Fe, puesto que debemos recordar que Abraham encontró la Santidad por medio de la Fe. (editor)



Arrepentimiento: es el primer paso para entrar al reino de Dios. "Entonces fue cuando Jesús empezó a predicar. Y les decía: "Cambien su vida y su corazón, porque el Reino de los Cielos se ha acercado"" (Mateo 4:17). Busquemos en la palabra de Dios, con sentido de destino, que vive en la presencia de Dios y disfruta de sus bendiciones. Comienza a vivir bajo la dirección del Espiritu Santo. "Pues todos aquellos a los que guía el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. Ustedes no recibieron un espíritu de esclavos para volver al temor, sino el Espíritu que nos hace hijos adoptivos, y en todo tiempo llamamos ¡Abba!, o sea: ¡Papito!. El mismo Espíritu le asegura a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios." (Romanos 8:14-16)



[Cabe descatar que de acuerdo con Las Escrituras, sólo podemos recibir la gracia del Espíritu Santo en la medida que reconozcamos a Jesús como Nuestro Señor y Salvador redentor. En este sentido, Juan el Bautista señaló: "Mi bautismo es bautismo de agua y significa un cambio de vida. Pero otr vendrá después de mí y más poderoso que yo y ¿quién soy yo para sacarle el zapato?; El los bautizará en el fuego o sea, en el soplo del Espíritu Santo." (Mateo 3:11). Nadie conoce al Padre sino por medio del Hijo, lo que significa a grandes rasgos, que jamás conoceremos la grandeza de Dios, sino recibimos de antemano, con un corazón puro y sincero, y mediante el Hijo (Jesucristo), la gracia y la bendición del Espíritu Santo. (editor)]



[Una vez recibido el Espíritu Santo, seríamos Templos de Dios vivo, nos volvemos significativamente uno con EL, convirtiéndonos finalmente en verdaderos intrumentos de su Obra. ]


Para que tengas condición, posición y posesión debes ser guiado a la verdad de Dios. Tu rumbo y tu dirección ahora serán totalmente divino. Procura no olvidar esta verdad, en ningún momento de tu vida, Dios está en tí.  








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