La Ética Aristotélica

 Osmel A. Rivas Contreras 
 Ig.: @osmelalbertorivas

Todos, o mejor dicho para evitar equívocos, la mayoría de los filósofos concuerdan que el hombre piensa y actua en busca de un determinado bien, y ese bien siempre será la felicidad. Existen diferentes formas de alcanzarla de acuerdo con el punto de vista de quien la reflexiona. En este sentido, podemos concluir, sin necesidad de mucho analisis. que la felicidad como concepto, depende de los ojos y la mente de quien lo juzgue. Para los estoicos, la felicidad radica en aceptar la realidad tal cual como se presenta y actuar en consecuencia; que las bendiciones y las tragedias son inevitables y que debemos mantenernos ajeno emocionalmente a tales hechos. Para los epicureos, la felicidad radica en buscar el placer y alejarse de aquello que te causa dolor sin caer en excesos. Finalmente, para los aristélicos, el bien supremo sigue siendo la sabiduría y lo demás, como los placeres y el autodominio, llegan por añadiduras. 

En esta ocasión, utilizando el mismo formato que en publicaciones anteriores sobre el mismo tema, hablaremos de forma breve pero detallada sobre la Ética Aristotélica y cómo se puede alcanzar la felicidad o bien supremo a la luz de esta óptica. 


La Ética Aristotélica 

Según Aristóteles, cada vez que el hombre actúa, lo hace con la intención de lograr un determinado bien, y para él, ese bien supremo sería la felicidad, el cual sólo se alcanza por medio de la sabiduría. Ésta a su vez, se obtiene llevando una vida virtuosa, en particular a través de la razón. En este punto hay que señalar que esta corriente del pensamiento en nada se diferencia con lo señalado por Epiculo, en especial, al señalar que el hombre sólo alcanzará la felicidad mientras éste actue conforme a su naturaleza. Si partimos de la premisa que el hombre es un ser pensante y racional, podemos concluir, sin temor a equivocarnos, que el hombre sólo alcanzará su máximo potencial por medio de la razón. Todos los seres humanos anhelamos la felicidad, y ésta consiste en la realización activa y comprometida de sus capacidades innatas. 

Ahora que sabemos el camino para alcanzar la felicidad, entonces, cómo definía Aristóteles la virtud. Para este filósofo, la virtud humana la definía como la excelencia del alma (areté), esto es, que sus acciones estén más apropiadas a la naturaleza de su ser; el acto más conforme a su esencia. 

Distingue dos (2) tipos de virtud: las virtudes morales y las intelectuales. Las primeras son adquiridas a través de la costumbre y hábitos arraigados, y consiste fundamentalmente en el dominio de la parte irracional del alma (por medio de la razón) y regular las relaciones entre los hombres. Pensar y actuar con virtud consiste básicamente en buscar el justo medio entre dos extremos dentro de lo lícitamente permitido, para lo cual requiere, como ya se mencionó anteriormente pero con otros términos, de un ejercicio de discernimiento previo por parte del virtuoso.  El valor, por ejemplo, es el punto medio entre la cobardía y la impetuosidad irreflexiva; la generosidad, por su parte, constituye el punto medio entre el derroche y la tacañería; entre otros. Las virtudes éticas más importantes, según Aristóteles son la fortaleza, la templanza y la justicia. 

Por otro lado, las virtudes intelectuales no están sujetas a la búsqueda del punto medio como las primeras.  Éstas corresponden a la parte racional del hombre, siendo para ello propias del intelecto o del pensamiento. Su origen no es innato, por lo cual, deben ser aprendidas a través de la educación y la enseñanza. Las principales virtudes intelectuales son la inteligencia (sabiduría) y la prudencia. Aristóteles divide la parte racional en dos: el intelecto y la voluntad. Señala a manera de conclusión, que cuando el intelecto está bien dispuesto para aquello a lo que la naturaleza apunta, es decir, para el conocimiento o posesión de la verdad, entonces se dice que dicho intelecto es virtuoso y bueno. 

En resumen, para Aristóteles, la felicidad sólo se logra por medio de la razón, ya que con ella, el hombre actúa conforme a su naturaleza, pudiendo así desarrollar al máximo sus capacidades innatas. En tal sentido, su pensar y su actuar deben ser virtuosas. En este mismo orden de ideas, una persona que actúa con virtud es aquella que busca el justo medio entre el exceso y la escacez, dentro de lo lícitamente aceptado o permitido, desarrollando cualidades como la fortaleza, la templanza y la justicia, y por sobre todas las cosas, la prudencia. Todo lo anteriormente expuesto jamás será posible si la persona en cuestion no desarrolla o cultiva de forma constante (para que logre convertirse en hábito) el estudio y el aprendizaje del correcto conocimiento, que serán en definitiva las bases que iluminará su buen actuar, tanto en sus decisiones personales como en su vida social.- 

Para ver la versión audiovisual del presente artículo, podrán acceder a ella por medio de este link


Referencias

.- Wikipedia. La enciclopedia libre. (s.f.) La Ética de Aristóteles

.- La Nueva Revista. (s.f.) Los fundamentos de la ética: Aristóteles

.- Bono Huidrobo, J. (2022) Ética en Aristóteles, una orientación al bien. Revista Marina. Número 995.

.- A. Gomez-Lobo (1999) Fundamentación de la Ética Aristotélica. Universidad de Navarra. 



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